En las antiguas culturas, sobre todo en las indígenas, el hechicero era el encargado de curar todo tipos de males. Como “elegido” de Dios, poseía poderes especiales y generalmente estaba “asistido” por espíritus que lo ayudaban en sus sanaciones. Investigaciones etnológicas han podido demostrar que los shamanes, cuyo origen se pierde en la noche de Jos tiempos, eran los “médicos” a los cuales recurría el hombre de las cavernas. Un poco más tarde en la historia, las brujas, tan injustamente perseguidas, oficiaban de “terapeutas” y “psicoanalistas” en su época.
Muchos eran los elementos que, tantos unos como otras, utilizaban para llevar a cabo su tarea. Si bien, entre todos ellos, el fuego purificador era el que ocupaba un lugar preponderante, recurrían, además, a hierbas, piedras, raíces y esencias con las que preparaban pócimas, ungüentos y todo tipo de sortilegios. Pero, indudablemente, su mayor fuerza residía en los rituales que realizaban, por lo general secretos, con los que eran capaces de lograr verdaderos milagros.
Aquella antigua sabiduría fue pasando de generación en generación, hasta llegar a nuestros días. Hoy, podemos encontrar a los herederos de aquellos sabios en los curanderos, quienes a través de sus ancestrales conocimientos son capaces de curar
males a los que la medicina ortodoxa muchas veces no encuentra respuesta. Nadie como ellos para curar el “mal de ojo”, el “empacho” o “culebrilla”, por ejemplo. También, para remediar el “mal de amores”, el desasosiego, los temores, las angustias... Y es tan efectiva su técnica que hasta los más escépticos no pueden más que asombrarse con lo categórico de los resultados.
Si bien, algunos de sus rituales están protegidos por un pactado secreto entre los iniciados y un halo de misterio para quienes no lo son, otros han podido eludir un celoso hermetismo y empezaron a ser utilizados por muchos emprendedores “aprendices”, quienes, con dedicación y fuerza de voluntad, han logrado emular a los sabios nigromantes en su arte de sanar.
Y todos podemos imitarlos. Sólo basta conocer cuáles son los elementos necesarios y qué pasos conforman cada ritual. El resto consiste en encararlo con profundo respeto y mucha fe en lo que se está haciendo.
El PODER DE LA FE
Aquellas ancestrales técnicas utilizadas por los hechiceros, durante este siglo, han ido fisionándose con conocimientos provenientes del hinduismo y de Oriente. Es por eso que hoy, sahumerios, aceites, plantas y gemas, también forman parte de los elementos que se utilizan para llevar adelante muchos de los rituales. Y como siempre: la fe. La que, junto con el respeto hacia la ceremonia misma, es lo único que hará posible aquello que pedimos. Es importante, por ello, que la invocación o la imagen de aquel en quien creemos -Dios, Jesús, la Virgen, algún santo, Buda...-, nos acompañe mientras realizamos el ritual.
Para limpieza de la casa, para quitar las malas ondas.
-Colocar en un cuenco un pequeño trozo de carbón
encima un poco de incienso, o bien, una hoja de menta seca o de romero. Prender el carbón con un fósforo y recorrer todos los ambiente para ahumar la casa.
Trabajo, dinero, prosperidad en el hogar y logros materiales.
Estas ceremonias es recomendable realizarlas los días lunes.
-Colocar sobre un plato blanco, al que habrá que impregnarle con aceite el borde -siguiendo la dirección de las agujas del reloj-, una vela roja. A la izquierda del plato, colocar una espiga y a la derecha, siete monedas y una pequeña llavecita (para abrir el camino). Concéntrese y haga el pedido antes de prender la vela.
-Tome un frasco con tapa, ponga tres hojas de ruda y tres monedas de un peso. Eche vino blanco hasta que queden cubiertas. Enrosque la tapa y ponga el frasco en el mismo lugar donde suele guardar la plata. Los dos lunes siguientes, renueve el vino. El ritual es necesario repetirlo durante tres semanas. Luego, arroje en un torrente de agua el vino y las hojas de ruda. Las monedas guárdelas y trate de no gastarlas.
-Junte en un vaso agua de lluvia, eche dentro tres uvas y tres monedas doradas ($ 0,50). Agregue una cucharada de azúcar durante tres noches seguidas (una cada día). Deje reposar el contenido del vaso durante 24 horas. Luego, vierta el agua en la pileta, entierre las tres uvas en una maceta o en el jardín y envuelva en una tela roja las tres monedas. Cosa el atadito y guárdelo en una billetera o cartera que no use.
-Tome tres velas: blanca, roja y amarilla. Ubique la primera a la izquierda, la segunda en el centro y la tercera a la izquierda. Cada una de las tres debe ir sobre un plato blanco con el borde impregnado en aceite. Sobre tres papeles blancos escriba su nombre o el de la persona que quiera beneficiar, dóblelos en cuatro y coloque uno debajo de cada plato. Disperse alrededor de los platos un puñado de azúcar. Realice el pedido. Prenda con un fósforo las tres velas, empezando por la blanca, y déjelas consumir.
-Recorte un rectángulo de papel dorado y forre con el mismo una cajita. Dentro coloque siete monedas doradas (pueden ser de $ 0,10 o $ 0,50) y una espiga. Ciérrela. Luego póngala en la alacena, donde guarda las provisiones.
Desde luego, si usted es creyente, rezarle a San Cayetano es de gran ayuda. Además, préndale una vela blanca y otra roja cada día 7.
AMOR Y ARMONIA EV LA PAREJA
Estos rituales es conveniente llevarlos a cabo el día sábado.
-Conseguir un canto rodado de color canela (los hay en el lecho del río o en obras en construcción), ponerlo dentro de un cuenco con miel. Prender una vela amarilla. Concentrarse unos segundos, tratando de que aparezca mentalmente la imagen de la persona amada y repetir su nombre tres veces. Luego, dejar consumir la vela.
-Este ritual, que deberá realizarse por tres días seguidos, resultará más efectivo si se comienza cuando hay Luna Llena. Prepare una infusión con agua de lluvia y siete pétalos de rosas rojas. A la noche prenda una vela amarilla en el cuarto de baño, tome una ducha. Luego de secarse, eche la infusión sobre su cuerpo.
-Prepare una “pócima” compuesta por tres gotas de miel, siete gotas de perfume y una taza de agua de lluvia. Luego del baño matinal, no se seque con la toalla, eche sobre sus hombros y vientre la preparación. Esa misma noche, prenda una vela rosa y una amarilla, alrededor de las mismas esparza algunos pétalos de rosa e invoque a la persona amada. Si no hay tal, pida para que pronto el amor aparezca en su camino.
-En un lugar tranquilo de la casa, coloque sobre la mesa tres inciensos, un vaso con agua y una vela
blanca. Encienda primero los inciensos y luego la vela blanca. Ponga en una cuchara un poco de aceite y llévela sobre la llama de la vela, mientras repite el nombre de la persona amada. Cuando el aceite arda, introduzca la cuchara -con cuidado-dentro del vaso de agua. Deje consumir la vela y los inciensos.
-Prenda un vela amarilla e invoque al espíritu superior en el cual crea. Para este ritual será necesario conseguir algunos cabellos (tres) de la persona amada y colocarlos sobre un papel en donde habrá escrito el nombre de la misma. Luego, dóblelo en cuatro y colóquelo dentro de un trozo de tela amarilla (preferiblemente, de seda) y ciérrelo con tres nudos. Es necesario que consiga una cajita o cofre al que deberá forrar o pintar de rojo. Tome el ata-dito con ambas manos, dele calor, concéntrese en lo que desea pedir. Luego, métalo dentro de la cajita, dejéla ahí hasta que la vela se consuma. Después, lleve la caja y guárdela en un cajón oscuro. Cuando hayan pasado tres meses, arroje al agua el atadito y su contenido.
-Tome un cordón de color rojo y sumérjalo en un cuenco con agua y sal y unas gotas de perfume. Colóquelo en el balcón o en la ventana, para que se impregne de luz de luna. Concéntrese y pida con devoción que el amor llegue a su vida o que quien usted ama, le corresponda. Deje el cuenco al sereno toda la noche. A la mañana retírelo, saque el cordón. Cuando esté seco, átelo a su muñeca izquierda. Uselo, por lo menos, tres meses.
Santa Rita, San Antonio y María la Desata Nudos, también, son los piadosos protectores del amor. Invocarlos y pedirles socorro alejará la soledad de nuestros corazones.
PROBLEMAS LEGALES
-Durante tres semanas, prender los martes una vela roja y otra verde. Y los jueves, una blanca, otra verde y otra roja. Dejar que se consuman. Si el problema no se resuelve, repetir la ceremonia la semana siguiente.
SALUD
Los días martes son los indicados para realizar estas ceremonias.
-Conseguir una pequeña escobita (como la que se ve en la imagen de San Martín de Porres), ponerla junto a un vaso de agua. Prender una vela verde y otra rosa e invocar al espíritu en el cual crea. Luego, realizar el pedido con devoción.
-Para calmar los dolores, ayudará mucho pararse frente a la puerta de calle mientras pisa tres hojas de laurel y repite tres veces: “Que se aleje el dolor de mi cuerpo, yo lo alejaré de mi mente”.
-En medio litro de agua de lluvia, agregue 7 pétalos de rosas blancas y 7 gotas de lavanda. Hierba el preparado por unos segundos y déjelo enfriar. Empape un algodón en el líquido y moje con el Mismo las sienes, la nuca, la frente y la coronilla. También, las muñecas, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Además, rocíe la funda de la almohada y las sábanas. Rece una oración (Padrenuestro, un Ave María ... o aquellas palabras que usted utilice para hablar con el Ser Supremo).
-Prepare una infusión con un puñado de hojas de romero y manzanilla. Llene la bañera con agua caliente y eche dentro el té. Prenda una vela verde y otra rosa, apague la luz y métase dentro del agua. Dese un reparador baño de unos 20 minutos.
-San Pantaleón, también la Virgen de San Nicolás, la del Perpetuo Socorro o la Virgen de Lourdes; su intercesión suele ser muy poderosa cuando la salud se debilita. Prenda una vela blanca frente a la imagen de alguno de ellos y pídale con devoción por su pronta rehabilitación.
-Llene la bañera con agua y eche una gotas de esencia de lavanda y benjuí. En un ambientador, ponga unas gotas de mejorana y deje ahumar la sala de baño. Apague la luz y, durante 20 minutos, tome un reparador baño de inmersión. Así, aliviará la tensión y, por consiguiente, el dolor que aqueje a su cuerpo.
Paz, protección y para alejar el desasosiego espiritual
-Los días domingos son los adecuados para estos fines, y prender una vela blanca es el único elemento que se necesita en este caso.
-También, colocar una pequeña amatista y mantenerla en un recipiente con agua. Cada viernes, prender una vela celeste.
LAS VELAS Y SUS COLORES
El fuego siempre ha sido un elemento fundamental en toda ceremonia, por eso el uso de las velas es tan habitual. Empero, el color que tengan las mismas también es de gran importancia, ya que sirve para potenciar la energía que moviliza el ritual y, con la misma, a nuestros pedidos.
Vela Roja
Amor: para lograr Conquistas Amorosas
Dinero: pedimos por Obtención de nuevo trabajo o protección de ahorros.
Salud: para curar problemas circulatorios y trastornos en genitales
Vela Rosa
Amor: pedimos para la unión espiritual de la pareja o nuevas relaciones.
Dinero:cuando deseamos mejoras económicas, progreso laboral.
Salud:cuando se tiene problemas circulatorios.
Vela Amarilla
Amor: para que halla comprensión en la pareja, armonía.
Dinero: para obtener progresos económicos y mejoras laborales.
Salud: cuando se tiene problemas en vías respiratorias y pulmones
Vela Naranja
Amor: para despertar la pasión, seducción.
Dinero: pedimos por cambio de trabajo con mejoras económicas.
Salud: En dolencias del corazón, problemas circulatorios.
Vela Blanca
Amor: protección de la pareja y de la persona amada.
Dinero: ahorro e incremento del capital.
Salud: depresión, angustía, tristeza.
Vela Azul
Amor: ternura, reconciliaciones, concreciones amorosas.
Dinero: facilita negocios y sociedades con buen rendimiento económico.
Salud: dolores de cabeza, trastornos digestivos e intestinales.
Si bien esta guía es indicativa, puede elegir el color más afín con su personalidad y su signo para realizar los rituales.
Aries: rojo
Tauro: azul claro
Géminis: amarillo
Cáncer: violeta
Leo: dorado, naranja
Virgo: verde
Libra: verde, celeste
Escorpio: rojo fuerte
Sagitario: rosa
Capricornio: marrón
Acuario: violeta
Piscis: azul eléctrico
PLANTAS Y FLORES
Las plantas y flores que responden a cada signo, también suelen ser útiles para acompañar los rituales o bien para ubicarlas en el ambiente donde usted se encuentre y, de esa forma, armonizar y serenar el espíritu.
Aries: aloe vera, amapolas y dalias
Tauro: pino, musgo, lirios y margaritas
Géminis: laurel, madreselva, gardenias y jazmines
Cáncer: melón, laurel, rosas y pensamientos
Leo: ruda, laurel, palmera, crisantemo y rosa roja
Virgo: manzano, sándalo, rama de sándalo
Libra: olivo, limonero, lirios, violetas y rosas
Escorpio: aloe vera, dalias y peonías
Sagitario: laurel y begonias
Capricornio: hiedra, pino, abeto y flor de romero
Acuario: mimosa, amapolas y nardos
Piscis: olmo, canela, violetas y laurel
Los aceites esenciales fueron muy utilizados por los grandes sacerdotes egipcios y babilonios, con ellos curaban principalmente todas aquellas dolencias que perturbaban el alma. Su forma de aplicación puede ser mezclarlos con agua, lo que permitirá tomar un reparador baño de inmersión, así como aromatizar los ambientes.
MELANCOLÍA : albahaca y jazmín
INQUIETUD: manzanilla, jazmín, lavanda, mejorana,
sándalo y canela
NERVIOSISMO Y ANSIEDAD: lavanda y sándalo
INSOMNIO: lavanda, sándalo y mejorana
TENSIÓN: benjuí, cedro, geranio, lavanda y melisa
AGITACIÓN: rosa y sándalo
SUPERSTICIONES POPULARES
- Es aconsejable tener dos plantas de ruda, una macho y una hembra (pueden estar juntas en la misma maceta), y ubicarlas mirando hacia la puerta o en el jardín al frente de la casa.
- No tener cactus, pues trae miseria.
- No apoyar la cartera o el portafolios en el suelo, ya el dinero se “irá”...
- El potus es una planta que absorbe la energía negativa de un lugar o persona. Cuanto más grande y vigoroso, más energía negativa ha absorbido. Cuando se seca, quiere decir que toda la mala onda que había cerca, ha desaparecido.
- Todo lo que sea dorado, llama al dinero.
- Todo lo que sea de plata o plateado, convoca a la paz espiritual.
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