Arte del Mundo y Religiones: El Poder Curativo de la Plegaria

El Poder Curativo de la Plegaria


la Plegaria
¿Rezar puede ayudar a curar?

Un Grupo de médicos norteamericanos se ha propuesto inestigar si el valor de la oración puede tener efecto terapéurico.


Aquí las conclusiones:


A la luz de ciertos informes médicos están avanzando a mirar un poder superior como potencial sanador.
Por ejemplo, la mundialmente reconocida Escuela de Medicina de Harvard y el instituto Médico Mente/Cuerpo del Hospital de Deaconess, de Boston, realizaron un curso en conjunto para revisar las evidencias curativas de la espiritualidad, incluidos los rezos.
Uno de los participantes fue el profesor Dale A. Matthew de Georgetown, quien afirmó haber estado rezando con sus pacientes, durante los últimos cinco años. Matthews, que tiene una Biblia bastante usada junto a su recetario sobre el escritorio de su consultorio en Washington, dice estar muy impresionado por la forma en que la plegaria ayuda a la gente "en el trato diario con sus dolores de cabeza y penas del corazón".
El especialista le pregunta a sus pacientes graves o que están bajo tratamiento de larga duración si quieren que el rece por ellos. “A veces dudo si soy un médico internista o eternalista”, ríe. Matthews prescribe siempre las mismas medicinas y tratamientos que los demás médicos. La oración es una opción extra que él ofrece, y no es obligatoria. Un gran número de sus pacientes la aceptan, inclinando sus cabezas, cerrando sus ojos y rezando en voz alta durante unos minutos.
" Pero Matthews es una excepción. La mayoría de los médicos no hablan de rezar y mucho menos lo recetan", afirma el doctor Dan E. King, profesor asociado de Medicina Familiar en la Universidad de Carolina del Este,en Greenville. Una investigación publicada por él en 1994, en la Revista de Medicina Familiar, muestra cuán amplio es el abismo que separa a los médicos de sus pacientes al tratarse el tema de la plegaria. Casi la mitad de los 203 enfermos entrevistados deseaban que los médicos rezaran con ellos en el hospital. Más de dos tercios de sus médicos nunca formularon ni la pregunta más elemental acerca de creencias religiosas.
El hecho es que la mayoría de los médicos, al ser consultados acerca del valor del rezo en medicina, consideran que su valor no es importante. Aducen que no hay evidencia suficiente. No siempre ayuda pedirle a Dios por una curación en las salas de terapia intensiva o de cáncer, y a algunos pacientes no les gusta la idea de que la espiritualidad pueda comenzar a infiltrarse en los consultorios de sus médicos, como si fuera un virus peligroso.

“Si yo llegara a saber que mi médico reza, buscaría a otro", dice Annie Laurie Gaylor, vocera del grupo sin fines de lucro, Fundación para Liberarse de la Religión, de Madison. Y agrega: “Porque, ¿qué significaría eso? ¿Que este médico no tiene los conocimientos médicos suficientes o confianza en sí mismo y piensa que es mejor dejar las cosas en manos del azar? Es, realmente, alarmante.”

Mujer Internada



"AMEN" ¡DEBE SER LA RESPUESTA!

Una minoría de médicos, pero cuyo número va en aumento, ha comenzado a referirse en forma respetuosa hacia el poder de la Oración en su profesión, pues los estudios indican que puede
ser una medicina potente. Para ellos, ignorar el poder de rezar es como restarle importancia a una medicina nueva o a un método quirúrgico.
Matthews agrega que de 212 estudios que examinaron los efectos de un compromiso religioso - incluida la oración - en enfermedades como baja presión arterial, depresión y ansiedad, 160 de ellos, o el 75 por ciento, demostraron el valor de la fe. Sus descubrimientos aparecen publicados en “El Factor De La Fe”, una colección de informes acerca de sus investigaciones, publicado por el Instituto Norteamericano para la Investigación del Cuidado Médico (NIHR). Este grupo privado trabaja en relación estrecha con la Fundación John Templeton, establecida para explorar la relación entre la ciencia y la religión. Los estudios varían en calidad y escala, admite Matthews. Más aún, la mayoría se basan en cristianos y judíos, y muy pocos,
se internan en culturas no occidentales. No es fácil decidir, en algunos casos, si los beneficios sanitarios registrados son efecto de la oración o de otras conductas tomadas en cuenta, como ir a la iglesia o a la sinagoga, leer libros religiosos o, simplemente, sentirse cerca de Dios. Además, la mayoría de las religiones promueven un estilo de vida sano, que puede contribuir a arribar a conclusiones positivas.

Algunos estudios sugieren que la plegaria puede incrementar los niveles de sobrevida, de acuerdo con el doctor David Larson, presidente de NIHR y socio de Matthews en las investigaciones y descubrimientos científicos sobre la fe. Un test realizado por la Escuela de Medicina de Dartmouth a 232 pacientes demostró que quienes dijeron que sacan fuerzas y consuelo de la religión eran tres veces más proclives a seguir vivos seis meses después de una operación a corazón abierto, que aquellos que no se apoyaban en la fe.

Treinta y siete de los pacientes que formaron parte de un estudio realizado por el doctor Thomas Oxman se describieron a sí mismos como muy religiosos. Agrega Larson: “Ninguno de ellos murió. ¿Adivinen qué hace la gente muy religiosa? ¡Reza!"

Por supuesto que esto tiene distintos significados para diferentes personas: "desde “El Padrenuestro” hasta la oración judía "Shmá Israel" (Escucha, ¡Oh Israel!) o hasta el canto budista tibetano “Om mane padme hum", rezar puede significar suplicar por la salud a una fuerza superior o, simplemente, estarse quieto sabiendo que Dios es Dios”, dice la doctora Margaret Paloma, socióloga de la Universidad de Akron, en Ohio, quien estudia desde hace largo tiempo la forma en que la gente reza. Otros expertos notaron que en muchas culturas la gente hace algo similar a rezar, incluso si no son religiosos. Treinta años atrás el doctor Herbert Benson, presidente del Instituto Médico Mente/Cuerpo en Boston y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, comenzó a estudiar a la gente que practica la meditación. Como hecho típico, descubrió que, silenciosamente, repiten una palabra o frase llamada mantra, en sesiones de 20 minutos, una o dos veces al día. Cuando los perturba algo exterior, son enseñados a volver su
atención al mantra. Esta práctica parece transportar a los meditadores a un estado de calma.

En su nuevo libro, Benson describe una repentina -algunos dirán divina- clarividencia que tuvo acerca de la meditación al comienzo de su carrera en Harvard, mientras se estaba afeitando. “¡Esto es rezar!", dijo, mirando en el espejo la mitad de su cara afeitada.

Al igual que en la meditación, la oración, a menudo, implica repetir ciertas frases. Benson especula hoy con que los seres humanos supieron siempre, tal vez en forma instintiva, que les hacía bien adorar a un ser superior a través de la plegaria.


LA IMPORTANCIA DE LA MEDITACIÓN

Una de las razones por las cuales parece que la oración mejora la salud puede ser, simplemente, que ayuda a la gente a relajarse.

Rosario de Madera
La meditación -y decir oraciones que repiten palabras y frases- hacen surgir lo que Benson llama la respuesta relajadora. Ese estado ha demostrado que puede reducir sanamente la presión arterial.

Algunas personas usan la respuesta relajadora para aliviar dolores crónicos. Los médicos enseñan este método para tratar el insomnio, y la infertilidad cuando es causada por el estrés. Benson lo explica así: “En mi experiencia, el 80 por ciento de las personas que medita escoge una oración como su mantra. Para algunos será “Shalom" y para otros “Ave, María, llena eres de gracia”.

La respuesta relajadora no es la única explicación terrena del poder de la oración. La investigación sociológica, señalan los escépticos, demostró hace mucho que la simple pertenencia a un grupo, sea religioso o de otra clase, puede ser buena para su salud. Basado en esto, no hay razón para creer que un ser superior contesta a nuestras plegarias.

Pero hay, al menos, un estudio que parece proveer evidencia de que un poder superior es responsable por las bendiciones de las plegarias. Los beneficios de la salud recaen en quienes no saben siquiera que alguien reza por ellos, incluso si son extraños, sugiere el estudio.

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